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  • Writer's picture@ese_wicho

Prepárate para vivir con tus papás hasta los 40, porque comprar casa en México es toda una odisea!



Si pensabas que alcanzar el último aguacate en el fondo de la bolsa de las tiendas era difícil, ¡prepárate para la aventura de intentar comprar una casa en México! Para muchos jóvenes, la idea de tener un hogar propio antes de las canas es más un sueño que una realidad. Y es que, en esta tierra de tacos y tequila, encontrar y comprar un espacio propio puede ser tan complicado como intentar hacer una dieta durante la temporada de tamales.


El mercado inmobiliario ha experimentado incrementos sustanciales en los precios de las viviendas durante los últimos años. Lo que significa que, para muchos, el "nido" familiar es donde se quedará el corazón (y todas tus cosas) por mucho más tiempo de lo que habías planeado.


¿El resultado? ¡Las familias mexicanas están más unidas que nunca! Y no es precisamente por las cenas dominicales. Es más por ese pequeño cuarto que solías llamar “mi espacio” durante la adolescencia y que ahora, con suerte, todavía tiene tu colección de CDs de los 90s.

Claro, hay ventajas de esta "tendencia" no planificada: mamá sigue haciendo esas enchiladas que tanto amas y el gasto en renta se reduce a ocasionalmente llevar las tortillas para la cena. Pero, por otro lado, intentar tener una cita sin que tus padres quieran saber "¿a qué hora llegas?" es todo un reto.


La raíz del problema es multifacética: la economía, las expectativas poco realistas y, por supuesto, el alza constante de los precios de las propiedades. Además, para agregarle sabor al guiso, el acceso a créditos hipotecarios es como una piñata; nunca sabes qué te tocará y cuando finalmente logras algo, te das cuenta de que debes compartirlo con otros 20.


Sin embargo, no todo es malo. Esta situación ha impulsado la creatividad de muchos jóvenes que buscan alternativas como la cohabitación, invertir en propiedades pequeñas o simplemente viajar y olvidarse de las cuatro paredes por un tiempo.


Pero si estás pensando en hacer la inversión, ¡ánimo y paciencia! Y si no, recuerda que vivir con tus padres puede ser la oportunidad perfecta para ahorrar, aprender nuevas recetas de cocina y, bueno, asegurarte de que tus calcetines siempre estén pareados.


Hasta entonces, levantemos nuestras tazas de café de olla y brindemos por las futuras casas, los sueños y la paciencia de nuestros padres que, aunque a veces exasperados, siempre nos reciben con los brazos abiertos. ¡Salud!


Luis Reyes, tu periodista favorito que, después de escribir esto procede a gritar “Mamá, ahorita voy a comer, estoy escribiendo una nota para Hay Moy”.


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